La realidad es dura pero clara: la mayoría de proyectos de inteligencia artificial en empresas no pasan de ser “juguetes caros”. Se prueban, generan ilusión unas semanas… y luego se abandonan porque “esto de la IA no es para nosotros” o “no ha funcionado”.
En comunicación, marketing y relaciones públicas pasa exactamente lo mismo.
No es porque la tecnología no sirva. Es porque se usa sin estrategia, sin foco de negocio y sin un plan claro de implantación. Se lanza un piloto “para probar cosas con IA” en lugar de responder a una pregunta mucho más simple:
¿Qué problema concreto del negocio quiero resolver con IA en mi comunicación?
Cuando esa pregunta no está clara, el piloto está casi condenado.
En este artículo vamos a aterrizar cómo usar IA en comunicación de forma estratégica, medible y rentable, para que tu proyecto no engrose ese 95% de fracasos, sino el 5% que de verdad transforma cómo tu empresa se relaciona con clientes, medios e inversores.
El gran error: tratar la IA como magia y no como una herramienta de negocio
La IA generativa ha disparado las expectativas: crear textos en segundos, resumir documentos, generar ideas, automatizar respuestas… y todo con un coste bajísimo.
El problema es que muchos CEOs y directores de comunicación la están usando así:
“Hazme una nota de prensa con esto.”
“Genera 10 posts para LinkedIn cada semana.”
“Responde a los mensajes de redes automáticamente.”
Y luego se sorprenden cuando:
Nadie les publica una nota de prensa.
Sus contenidos suenan genéricos y fríos.
La interacción cae.
Su reputación se resiente.
No es un fallo de la herramienta. Es un fallo de enfoque.
La IA no entiende el contexto político de tu sector, la sensibilidad de tus audiencias, las relaciones que llevas años construyendo con periodistas, ni el impacto reputacional de cada frase. Todo eso sigue siendo humano.
La IA, bien utilizada, es un multiplicador de fuerza: te ayuda con velocidad, escala, análisis, creatividad… pero necesita estar bajo el mando de una estrategia clara y de personas que sepan qué quieren conseguir.
Malentendidos habituales de CEOs sobre IA en comunicación y PR
Vamos a aterrizar algunos de los errores más frecuentes que veo en empresas de todos los tamaños.
“Si la IA escribe, ya no necesito agencia ni equipo de PR”
Imagina este escenario, que es más real de lo que parece.
La CEO de una startup de software decide prescindir de su agencia de comunicación. Ha visto que herramientas como ChatGPT escriben notas de prensa bastante decentes.
Le dice al equipo: “A partir de ahora lo hacemos todo con IA”.
Pide que le redacten una nota de prensa anunciando su última ronda de inversión.
Copia y pega el texto generado por la IA.
Lo manda a un distribuidor de noticias.
Lo publica en la web corporativa y lo comparte en LinkedIn.
Y se sienta a esperar el impacto.
¿Qué ocurre?
Ningún medio relevante lo publica.
Ningún periodista le responde.
Nadie con influencia lo comparte.
Para rematar, un periodista comenta en X (Twitter) que “otra startup más manda un comunicado genérico que podría haber escrito una máquina, sin contexto, sin ángulo y sin nada nuevo”.
La CEO descubre, por las malas, que:
PR no va de “mandar notas de prensa”, sino de relaciones, contexto, timing y estrategia.
El valor de una agencia o un dircom no está solo en escribir, sino en:
Definir el ángulo de la noticia.
Seleccionar los periodistas correctos.
Personalizar los mensajes.
Preparar respuestas ante posibles críticas.
Gestionar el seguimiento.
La IA puede ayudarte a redactar un borrador inicial, pero no sabe qué periodista lleva años cubriendo tu sector ni qué medio está buscando justo ese enfoque en este momento.
“Si publico más contenido con IA, tendré más visibilidad”
Otro caso típico: un CEO quiere posicionarse como “líder de pensamiento” en LinkedIn.
Pide a su equipo de comunicación que use IA para generar varios posts a la semana.
Durante el primer mes, hay consistencia: publican 3-4 veces por semana.
Los textos son correctos… pero genéricos, sin historias personales, sin opinión propia, sin datos diferenciales.
Al cabo de poco tiempo:
Las visitas se estancan.
Los comentarios caen.
Un miembro del consejo le suelta: “Estos posts no suenan a ti, parecen escritos por una máquina.”
Y tiene razón.
El liderazgo de pensamiento no depende de cantidad de contenido, sino de:
Perspectiva propia.
Experiencia real.
Ejemplos concretos.
Posturas claras, aunque eso signifique que algunos no estén de acuerdo.
La IA puede ayudarte a estructurar ideas, pulir el lenguaje o darte variaciones de un mismo mensaje. Pero no puede inventarse tu experiencia ni tu criterio. Si el contenido no nace de una idea genuina del líder, se nota.
Cómo adoptar IA en comunicación de forma inteligente (y rentable)
Vamos a bajar esto a tierra con un enfoque muy práctico.
Empieza por problemas de negocio, no por herramientas
Antes de abrir una herramienta de IA, responde a esto:
¿Qué quiero mejorar en mi comunicación en los próximos 6–12 meses?
¿Qué me duele hoy?
¿Tardo demasiado en preparar notas, informes, respuestas a prensa?
¿No tengo visibilidad de lo que se dice de mi marca en tiempo real?
¿Me cuesta personalizar mensajes para diferentes audiencias?
¿No sé qué temas interesan de verdad a mis clientes o periodistas?
Ejemplos de objetivos concretos:
Reducir un 40% el tiempo dedicado a preparar dosieres de prensa.
Duplicar la capacidad de monitorización de medios sin aumentar equipo.
Personalizar newsletters según segmentos de clientes sin disparar costes.
Responder en menos de 2 horas a menciones críticas en redes sociales.
Aquí es donde la IA encaja, porque permite:
Automatizar parte del análisis.
Acelerar la redacción inicial.
Identificar patrones en grandes volúmenes de datos.
Escalar la personalización.
Diseña pilotos pequeños, medibles y con fecha de fin
Un piloto de IA no debería durar años ni hacerse en toda la empresa a la vez. Hazlo simple:
Duración: 60–90 días.
Alcance: 1 o 2 procesos concretos de comunicación.
KPI claros:
Tiempo ahorrado.
Número de piezas producidas.
Mejora en tasa de respuesta o engagement.
Detección más temprana de crisis o menciones.
Ejemplos de pilotos:
Pilot 1: Usar IA para crear borradores de respuestas a periodistas a partir de FAQs internas y documentos existentes.
Pilot 2: Usar IA para clasificar y resumir menciones en redes y medios, categorizando por sentimiento y tema.
Pilot 3: Personalizar asuntos de email y primeros párrafos de newsletters según sector del destinatario.
Al final del piloto, debes poder contestar con datos:
¿Hemos ahorrado tiempo?
¿Hemos mantenido o mejorado la calidad?
¿Hemos reducido errores?
¿El equipo lo percibe como una ayuda real?
Si la respuesta es sí, lo escalas. Si es no, lo ajustas o descartas.
Define normas claras de uso y revisión
La IA también introduce riesgos:
Informaciones imprecisas o inventadas.
Tono inadecuado en temas sensibles.
Mensajes genéricos que dañan la imagen de marca.
Por eso, necesitas un marco simple, por escrito, que recoja:
Qué se puede hacer con IA (borradores, resúmenes, ideas, análisis de sentimiento…).
Qué NO se puede delegar en IA (posicionamiento oficial, respuestas en crisis, declaraciones sensibles).
Quién revisa qué antes de publicar.
Cómo se marca en los flujos de trabajo qué piezas tienen componente IA, para trazabilidad.
Herramientas de IA útiles en comunicación (y cómo exprimirlas de verdad)
No se trata de tener “la herramienta perfecta”, sino de saber para qué usas cada tipo.
Monitorización y análisis de medios
Plataformas de monitorización y social listening (como Muck Rack, Hootsuite u otras similares) ya integran IA para:
Detectar menciones relevantes en tiempo real.
Clasificarlas por sentimiento (positivo, negativo, neutro).
Identificar tendencias y temas emergentes.
¿Uso inteligente?
Configurar alertas para:
Palabras clave de tu marca.
Competidores.
Reguladores o actores clave del sector.
Recibir un resumen diario automatizado que tu equipo luego interpreta:
¿Qué temas están creciendo?
¿Dónde estamos entrando en la conversación?
¿Dónde estamos ausentes pero deberíamos estar?
Prospección y segmentación de periodistas y stakeholders
Herramientas especializadas en PR y plataformas tipo CRM te ayudan a:
Identificar qué periodistas escriben sobre tus temas.
Ver su histórico de artículos.
Segmentar por intereses, medio, país, idioma.
La IA puede sugerirte:
Listas de contactos relevantes.
Enfoques de pitch más alineados con cada periodista.
Pero el valor real está en que tú o tu equipo:
Personalicéis el mensaje.
Aportéis contexto (“vi tu artículo sobre X, creemos que Y puede complementarlo…”).
Construyáis relación, no solo un envío masivo.
Redacción, edición y personalización
Herramientas como Grammarly y otros asistentes de escritura con IA son ideales para:
Pulir gramática y estilo.
Adaptar el tono (más formal, más cercano, más directo).
Generar variaciones de un mismo mensaje para distintos públicos.
¿Uso práctico?
Redactar un borrador de nota de prensa con IA, pero:
Tú defines el ángulo.
Tú decides qué datos resaltar.
Tú ajustas el tono a la cultura de tu marca.
Crear varias versiones de un email:
Para periodistas especializados.
Para clientes clave.
Para socios o inversores.
Investigación y preparación de portavoces
La IA es muy potente para:
Resumir informes largos.
Extraer puntos clave de documentos técnicos.
Simular posibles preguntas difíciles de periodistas.
Puedes usarla para:
Preparar Q&A para directivos antes de una entrevista.
Simular una rueda de prensa con preguntas complicadas.
Extraer ejemplos y metáforas para hacer más entendible un contenido técnico.
Plan de acción 30–60–90 días para tu piloto de IA en comunicación
Para que esto no se quede en teoría, te propongo una hoja de ruta muy concreta.
Primeros 30 días: diagnóstico y foco
Identifica 1–2 procesos de comunicación donde:
Haya mucha carga de trabajo repetitiva.
El impacto de una mejora sea claro.
Define tus KPIs:
Tiempo por pieza.
Número de piezas producidas.
Tiempos de respuesta.
Engagement, aperturas, etc.
Elige 2–3 herramientas de IA (no más) alineadas con esos procesos.
Días 30–60: ejecución del piloto
Diseña el flujo de trabajo nuevo:
¿En qué paso entra la IA?
¿Quién revisa?
¿Quién aprueba?
Forma al equipo (aunque sea con una guía muy simple y 1–2 sesiones prácticas).
Empieza a usar IA de forma sistemática durante al menos 4 semanas.
Integra IA como apoyo en ese punto del flujo y mide el resultado durante 30 días.
Si haces esto con foco, disciplina y datos, tu piloto no será parte del 95% que fracasa, sino del 5% que genera ventaja competitiva real en tu comunicación y relaciones públicas.
Juan Merodio es conferenciante y divulgador de IA y Marketing Digital. Emprendedor en serie que nunca se bajó del tren de la innovación.
Fundó su primera empresa en el 2004 y desde entonces no ha dejado de crear, transformar y liderar proyectos que han impactado sectores tan diversos como la tecnología, la educación, el real estate o la inteligencia artificial.
De startups digitales a compañías multimillonarias, pasando por TEKDI, su instituto online que ya ha formado a miles de personas en IA y marketing digital, Juan combina visión estratégica, pasión por enseñar y una obsesión sana por ayudar a otros a crecer. Con presencia en mercados como España, Estados Unidos, Japón o Latinoamérica, más de 1.000 conferencias impartidas y 16 libros publicados, es un divulgador nato.
Pero si algo lo define no es su currículum, sino su capacidad para ver lo que viene… y construirlo antes que nadie.
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