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El producto mínimo viable


21 de febrero | Por Juan Merodio

El producto mínimo viable (MVP) es la herramienta para poner a prueba una idea de negocio. Te explico en qué es, cuáles son sus ventajas y cómo elaborarlo.

En el mundo empresarial actual, se espera que innoves y lances nuevos productos o servicios al mercado con rapidez. No importa si eres una startup emergente o una empresa establecida, el concepto de Producto Mínimo Viable (MVP) es esencial para tus esfuerzos de desarrollo.

 

Qué es un producto mínimo viable

Un Producto Mínimo Viable es la versión más básica de tu producto que puede ser lanzada al mercado. Se trata de un producto con suficientes características para satisfacer a los clientes iniciales y proporcionar retroalimentación para el desarrollo de futuras mejoras y características.

El concepto de MVP se popularizó por primera vez en el mundo de las startups de tecnología, pero ahora se utiliza en una amplia variedad de industrias. En lugar de gastar tiempo y recursos en la creación de un producto finalizado, se lanza un MVP para aprender qué es lo que realmente quiere y necesita el cliente. Esta retroalimentación se utiliza luego para iterar y mejorar el producto.

Un MVP no es un producto menos desarrollado o de menor calidad. Es una estrategia de desarrollo de productos que se centra en aprender de los clientes tan pronto como sea posible. A través de esta retroalimentación temprana, puedes hacer ajustes y mejorar tu producto antes de invertir demasiado tiempo y recursos en características que quizás no sean necesarias o deseadas por tus clientes.

 

¿Cómo construir tu primer MVP?

La importancia de un Producto Mínimo Viable

Entender la importancia de un MVP puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de tu producto. La principal ventaja de un MVP es que te permite validar tu idea de producto antes de hacer una gran inversión. Te da la oportunidad de probar tu producto en el mercado y obtener retroalimentación real de tus clientes antes de comprometerte por completo.

Además, un MVP te permite aprender rápidamente. En lugar de pasar meses o incluso años desarrollando un producto, puedes lanzar un MVP y comenzar a aprender de tus clientes de inmediato. Este aprendizaje rápido puede ser invaluable para ayudarte a evitar errores costosos y a adaptarte a los cambios en el mercado.

Por último, pero no menos importante, un MVP puede ayudarte a atraer inversores. Un MVP muestra que has validado tu idea de producto y que estás dispuesto a iterar y mejorar en base a la retroalimentación de los clientes. Esto puede ser muy atractivo para los inversores, ya que reduce el riesgo y muestra que estás comprometido con el éxito de tu producto.

 

Ventajas del desarrollo de productos mínimos viables

El desarrollo de un MVP tiene varias ventajas. Primero, puede ayudarte a reducir el riesgo. En lugar de invertir una gran cantidad de tiempo y recursos en un producto que quizás no funcione, puedes lanzar un MVP y aprender rápidamente si tu idea tiene tracción en el mercado.

Además, el desarrollo de un MVP puede ayudarte a establecer una base de clientes leales. Al lanzar un MVP, puedes comenzar a construir relaciones con tus clientes desde el principio. Puedes utilizar su retroalimentación para mejorar tu producto y demostrarles que valoras sus opiniones. Esto puede ayudarte a construir una base de clientes leales que estén dispuestos a apoyarte a medida que tu producto evoluciona.

Por último, el desarrollo de un MVP puede ayudarte a mantener el enfoque. Al trabajar en un MVP, puedes centrarte en las características y funcionalidades esenciales de tu producto. Esto puede ayudarte a evitar la tentación de agregar demasiadas características y a mantener el enfoque en lo que realmente importa: satisfacer las necesidades de tus clientes.

 

Entendiendo el proceso del producto mínimo viable

El proceso del MVP consiste en varias etapas. Primero, debes identificar el problema que tu producto pretende resolver. Asegúrate de que este problema sea real y que estés dispuesto a solucionarlo.

Luego, debes definir tus suposiciones sobre lo que los clientes necesitan y quieren. Estas suposiciones formarán la base de tu MVP. Asegúrate de que estas suposiciones estén basadas en investigación y no simplemente en lo que crees que los clientes quieren.

Después, debes diseñar y construir tu MVP. Recuerda, el objetivo de un MVP no es crear un producto perfecto, sino aprender lo más rápido posible.

Una vez que tu MVP está listo, debes lanzarlo al mercado y empezar a recoger retroalimentación. Utiliza esta retroalimentación para iterar y mejorar tu producto.

Finalmente, repite este proceso tantas veces como sea necesario hasta que tengas un producto que satisfaga las necesidades de tus clientes.

 

Pasos para crear tu Producto Mínimo Viable

Crear un MVP puede parecer una tarea desalentadora, pero en realidad es un proceso bastante simple si lo desglosas en pasos.

El primer paso es definir el problema que tu producto va a resolver. ¿Qué necesidad tiene tu cliente objetivo y cómo planeas satisfacerla? Asegúrate de que el problema que has identificado es real y no simplemente algo que crees que podría ser un problema.

El siguiente paso es identificar tus suposiciones clave. ¿Qué características y funcionalidades crees que son esenciales para tu producto? ¿Cómo crees que los clientes utilizarán tu producto? Estas suposiciones formarán la base de tu MVP.

Después, debes diseñar y construir tu MVP. Recuerda, el objetivo de un MVP no es tener un producto perfecto, sino tener algo que puedas poner en manos de los clientes para obtener retroalimentación.

Una vez que tienes tu MVP, debes lanzarlo al mercado y empezar a recoger retroalimentación. Utiliza esta retroalimentación para iterar y mejorar tu producto.

Por último, debes estar dispuesto a repetir este proceso tantas veces como sea necesario hasta que hayas creado un producto que satisfaga las necesidades de tus clientes.

 

Ejemplos reales de Producto Mínimo Viable

Existen muchos ejemplos de MVP en el mundo real. Aquí te presentamos algunos para ilustrarte aún más el concepto.

Dropbox es un ejemplo clásico de un MVP. En lugar de construir y lanzar un producto completo, el fundador de Dropbox, Drew Houston, creó un video de demostración que mostraba cómo funcionaría el producto. Este video permitió a Dropbox validar su idea de producto y atraer a los primeros usuarios antes de invertir en la construcción del producto completo.

Airbnb es otro ejemplo de un MVP. Los fundadores de Airbnb comenzaron alquilando su propio apartamento para validar su idea de producto. Una vez que tuvieron confirmación de que había demanda para su idea, construyeron y lanzaron su website.

Estos son solo dos ejemplos de cómo las empresas han utilizado el concepto de MVP para validar sus ideas de producto y aprender rápidamente de sus clientes.

 

Desafíos comunes en la creación de un Producto Mínimo Viable

Aunque el concepto de un MVP puede parecer simple, existen varios desafíos que pueden presentarse en la creación de uno.

Uno de los desafíos más comunes es la tentación de añadir demasiadas características. Es fácil creer que tu producto necesita todas las características posibles para ser exitoso. Sin embargo, esto puede distraerte de tu objetivo principal: aprender de tus clientes.

Otro desafío común es la falta de retroalimentación. Si no estás obteniendo suficiente retroalimentación de tus clientes, puede ser difícil saber si estás en el camino correcto. Asegúrate de tener un plan para recoger y utilizar la retroalimentación de tus clientes.

Por último, puede ser un desafío mantener el enfoque en el aprendizaje. Es fácil quedar atrapado en la idea de crear el producto perfecto y perder de vista el objetivo principal de un MVP: aprender lo más rápido posible.

 

Consejos para crear un producto mínimo viable exitoso

Aquí te dejo algunos consejos que te pueden ayudar a crear un MVP exitoso.

Primero, mantén el enfoque en el aprendizaje. Recuerda, el objetivo de un MVP no es crear el producto perfecto, sino aprender lo más rápido posible. No te preocupes si tu MVP no es perfecto. Lo importante es que estés aprendiendo de tus clientes.

Segundo, escucha a tus clientes. La retroalimentación de tus clientes es invaluable. Asegúrate de tener un plan para recoger y utilizar esta retroalimentación.

Tercero, no tengas miedo de iterar. No esperes que tu MVP sea perfecto la primera vez. Está bien hacer cambios y mejoras en base a la retroalimentación de tus clientes.

Por último, no te rindas. Crear un MVP puede ser un proceso desafiante, pero los beneficios que puedes obtener son inmensos. Mantén la fe y sigue adelante.

 

El mínimo producto viable te va a ayudar de una manera rápida y sencilla, con menos riesgo de inversión, a saber si realmente esta idea puede ser un negocio.

 

La validación hay que hacerla siempre fuera de tu círculo más cercano.

 

 

Más detalles para lanzar un mínimo producto viable

  1. Estudio de mercado

Lo primero que hay que hacer es un estudio del mercado al que te quieres dirigir.

Tienes que saber quién es la que la competencia más directa que tienes, y tu competencia indirecta.

Por competencia directa hago referencia a productos y servicios similares, es decir, si yo vendo auriculares, tengo que saber qué empresas venden también auriculares.

También existe la competencia indirecta, que son aquellas empresas que venden un producto distinto al tuyo, pero que en cierta manera cumple la misma función.

Voy a poner un ejemplo de competencia indirecta muy muy sencillo: si yo tengo sed, puedo calmar la sed con una botella de agua, o con una Coca-Cola.

Son productos distintos, y lo pueden vender empresas distintas, y que a lo mejor no tienen ni por qué vender lo mismo, pero cubren la misma necesidad, quitarme la sed.

Si tengo tiempo libre, pues lo puedo gastar en una máquina de juegos, leyendo un libro, o lo que sea. Lo que quiero decir es que también identifiques aquellas empresas que pueden ser sustitutivos de tu producto, aunque sean distintos productos.

 

Otra cosa en lo que debes de tener cuidado, es en el caso de que no veas nada de competencia cuando hagas el estudio de mercado.

Esto muchas veces nos alegra, porque no vemos competencia, pero si ocurre esto, te recomiendo que saques la bandera roja.

Cuando no hay competencia, algo está pasando, porque somos miles de millones de personas en todo el mundo, sería difícil que solo tú hayas tenido esa gran idea, ¿verdad?. Estadísticamente, sino imposible, al menos sí que es muy poco probable.

Por lo tanto, si no está en el mercado esa idea, plantéate el por qué, investiga más a fondo.

La idea puede ser buena, pero cuidado, a lo mejor el mercado no está preparado para comprarla. A lo mejor es un producto demasiado innovador para este momento, quizás el mercado es muy pequeño y no es rentable, o el mercado quiere el producto pero no está dispuesto a pagar el precio que vale para ser rentable.

Son muchas las razones que pueden haber, por lo que cuando vemos un escenario de cero competencia, a mí eso me da terror, porque algo está pasando.

 

Lo mismo te digo si nos vamos un escenario súper saturado, pues también es complicado.

Lo suyo para lanzar una idea, un producto o un servicio, sería ver un escenario donde encontremos huecos de mercado, pero que haya competidores que veamos que están funcionando en ese mercado.

 

 

  1. Define tu audiencia.

A continuación tenemos que definir una audiencia con la que vamos a validar el producto.

Sigamos con el ejemplo de los auriculares.

Unos auriculares los podemos vender prácticamente, pues te digo que casi a toda la población, desde 14 años, hasta 28, 45, o 60 años.

Pero claro, lo que queremos es hacer una validación de mercado, no puedo intentar llegar a todo el mundo, es más, tengo que buscar esa diferenciación respecto mi competencia.

Entonces, hay que definir un público más estrecho, por ejemplo: ir dirigidos únicamente al público femenino, porque van a ir con ciertos diseños, y además que tengan un rango de edad entre los 18 y los 25 años, porque voy a ir dirigido a personas más jóvenes. Bien, ya tendrías un nicho, ya tendrías tu audiencia.

Es muy importante en esta fase de la validación de mínimo producto viable, acotar tu mercado el máximo posible, porque estamos tratando de testar nuestra idea o producto, y si el mercado es muy grande, vas a necesitar muchos más recursos económicos y materiales.

 

 

  1. Crea un prototipo.

Si es posible, desarrolla un prototipo del producto, o una apariencia del producto.

Aquí dependerá de si es un producto físico o un producto digital.

Por ejemplo, si es un producto digital puedes hacer un tanteo de mercado sin tener el producto creado.

Imagínate que vas a lanzar un curso de X temática. Antes de desarrollar todo el curso, primero haz una preventa que con 10 euros hacen una reserva del curso, y además van a tener un descuento por ser los primeros en comprarlo.

Lo que estás consiguiendo con esto, es que todavía no has invertido en todo el desarrollo de tu producto, pero ya estás viendo si genera cierta atracción en el mercado, y esto por ejemplo con productos digitales, en muchos casos es muy interesante.

También se puede hacer con productos físicos, en vez de hacer una gran producción, se puede hacer alguna versión más económica o producir los mínimos productos imprescindibles para hacer la validación, o un primar acercamiento con algún prototipo para poder mostrarlo pero sin tener el producto final.

 

  1. Lánzalo al mercado.

Una vez tienes completado el paso anterior, puedes ver de primera mano si realmente hay cierta tracción o no lanzándolo al mercado. Si no ves tracción puede que a lo mejor no sea una buena idea.

En el momento que ves que el producto tracciona bien, ahí ya tiene sentido seguir hacia adelante.

Una vez que ya tienes ese primer prototipo, empieza a lanzarlo al mercado para testarlo con gente que no conoces.

Lo mejor para esta parte es la publicidad digital en Google o en redes sociales como Facebook o Instagram.

Aquí no es suficiente con subir contenido en redes sociales, porque no tienes alcance, y el alcance que tienes además no va a estar segmentado, no va a llegar exactamente a tu cliente objetivo. Por lo tanto, lo que estás haciendo es disparar a todos lados, y perder el tiempo.

En este caso la única manera de poder llegar rápido, y de manera concisa a quien queremos, es con publicidad digital.

 

  1. Define un presupuesto.

Define un presupuesto que consideres oportuno para ese lanzamiento. Dependiendo del proyecto, necesitarás más o menos, hay proyectos pequeños que con 500 euros puedes tener un primer testeo, y hay otros que necesitan 50.000€.

Bien, aquí ya hay que analizar en función de cada uno de los proyectos, pero esto lo que te va a permitir es llegar exactamente a tu público.

No podemos caer en la trampa al principio de no invertir, de empezar orgánicamente esperando que se haga viral, y ya después empezar a invertir en publicidad, esto no es así, es al contrario.

Primero hay invertir, hay que sembrar para luego recoger. Es muy importante esto porque si no, puede que tengas una idea de negocio excelente, y que además sea un buen negocio, pero no te lo parezca porque realmente no estás llegando a las personas adecuadas, y por eso no lo estás vendiendo.

Tómate muy en serio esta parte, consigue los recursos que necesites para invertir en ello. A lo mejor tienes que recurrir a una ronda de inversión, o tienes que pedir un pequeño préstamo, o tirar de tus ahorros.

Nadie ha dicho que emprender fuese fácil, al final emprender implica correr riesgos, ningún emprendimiento es seguro al 100%, es más, los que habéis emprendido sabéis que unas veces sale bien y otras veces no sale tan bien.

 

 

  1. Crea el producto final.

Una vez que está testado el producto o la idea, vemos que a la gente le está gustando, que la gente empieza a comprarlo, empieza a repetir en la compra, y se está generando una demanda real, es el momento de ir perfeccionando el producto, crear ese producto final si no lo tenías creado, para dar el siguiente paso.

 

 

  1. Acelera el crecimiento.

El siguiente paso es acelerar el crecimiento, escalarlo para que llegue a más personas, y aquí ya es donde vamos a entrar mucho más de lleno en acciones de marketing y comunicación, para continuamente testarlo y optimizarlo.

 

 

Conclusión

En conclusión, un Producto Mínimo Viable es una poderosa herramienta que te permite aprender de tus clientes y validar tu idea de producto antes de hacer una gran inversión. Aunque puede presentar desafíos, los beneficios que puedes obtener al crear y lanzar un MVP son enormes. Si mantienes el enfoque en el aprendizaje, escuchas a tus clientes y no tienes miedo de iterar, estarás en el camino correcto para crear un producto exitoso.

Recuerda, el objetivo de un MVP no es crear el producto perfecto, sino aprender lo más rápido posible. Así que no te preocupes si tu MVP no es perfecto. Lo importante es que estés aprendiendo de tus clientes y mejorando tu producto basado en su retroalimentación. Tu MVP es solo el principio. Lo que hagas con lo que aprendes es lo que realmente importa.

Esperamos que este artículo te haya ayudado a entender qué es un Producto Mínimo Viable y cómo puedes utilizar este concepto para mejorar tus esfuerzos de desarrollo de productos. Si tienes algún comentario o pregunta, no dudes en dejarnos un mensaje. Estamos aquí para ayudarte con más contenidos sobre emprendimiento.

Juan Merodio


Juan Merodio es experto en Marketing Digital y Divulgador de Negocios Digitales (IA, Web3 y Nuevas Tecnologías). Ha fundado la empresa que lleva su propio nombre, Juan Merodio, y desde donde él y su equipo coordinan y desarrollan consultoría de negocio en Marketing y Transformación Digital para empresas en distintas partes del mundo como España, Latinoamérica, Japón, Canadá y Estados Unidos.

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